Las personas que no se cepillan los dientes dos veces al día tienen un mayor riesgo de sufrir enfermedad cardíaca, dijeron científicos, un hallazgo que sumó peso científico a las teorías del siglo 19 acerca de la salud oral y la enfermedad crónica.
Investigadores británicos estudiaron a casi 12 mil adultos en Escocia y hallaron que aquellos que tenían una mala higiene bucal eran un 70 por ciento más propensos a contraer enfermedad cardíaca, en comparación con quienes se lavaban los dientes dos veces al día y tenían encías más saludables.
Las personas con enfermedad de las encías son más propensas a desarrollar enfermedad cardíaca y diabetes debido a que la inflamación del cuerpo, incluyendo en la boca y las encías, tiene un rol en el bloqueo de las arterias, dijo Richard Watt, de la University College London, que lideró el estudio.
El riesgo adicional del 70 por ciento es comparable con el del 135 por ciento entre aquellas personas que fuman, señaló.
Pese a que la incidencia general fue baja -con un total de 555 ataques cardíacos u otros problemas coronarios graves entre 11 mil 869 personas-, el efecto de cepillarse los dientes regularmente fue significativo.
"En comparación con cosas como fumar y tener una dieta poco saludable, que son obviamente los principales factores de riesgo de la enfermedad cardíaca, no estamos diciendo que esto esté en el mismo nivel", dijo Watt.
"Pero incluso después de controlar todas esas cosas sigue habiendo una relación entre esta medida muy simple de cepillarse los dientes y la condición cardíaca.
De algún modo, es una historia realmente antigua, porque allá por principios del siglo 19 hubo una teoría llamada sepsis focal por la cual las personas creían que las infecciones en la boca causaban enfermedades en todo el cuerpo.
La enfermedad periodontal o de las encías es una infección de los tejidos que rodean y sostienen los dientes y es más común en las personas que no se cepillan con regularidad.
La enfermedad cardíaca es la principal causa de muerte en hombres y mujeres en Europa, Estados Unidos y muchas otras naciones ricas. Junto a la diabetes, provocó un tercio de todas las muertes alrededor del mundo en el 2005, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud.